viernes, agosto 18, 2006

Ahora resulta que no soy el amor de su vida


Y no es que me ofenda mucho, de verdad. Sólo que después de tanto tiempo, y de tantas cosas, nunca pensé que nuestra relación terminara como terminó.

La historia se remonta al lejano 1997, donde dos jovencitos se conocieron en la universidad (vaya, que novedad!) y a fuerza de mucha persistencia de aquel simpático muchacho, mayor que yo por tan solo dos meses, fuimos enamorados (es que entonces yo andaba en otra onda).

Mentiría si digo que no fui feliz. De hecho me enamoré hasta los huesos. Así como se suele enamorar una cuando tiene 17 años. Al principio fue dificil: mi hiperactividad lo estresaba. "Estoy cansado de ser un punto más en tu agenda!", dijo una vez, y fue suficiente para que empezara a tomar conciencia de qué cosa era tener una relación, sobretodo cuando ya teníamos siete meses juntos.

A partir de allí, para bien o para mal, se convirtió en mi centro, mi vida, mi pasión, mi todo. Sin que eso signifique que hubiera abandonado todo lo demás, pero él era la "primerísima prioridad uno". Se lo había ganado. Nunca me sentí tan querida, debo admitirlo.

Así pasaron tres años, en los que se mantuvieron las tensiones iniciales. Él siempre reclamando atención, yo siempre procurando mi espacio, con peleas, rompimientos pasajeros y, por supuesto, reconciliaciones. En ese lapso supo ser el mejor apoyo y la más dificil traba, pero ¿no sucede eso con la gente que se ama?.

El hecho es que hoy apareció en el messenger después de dos años. Yo supongo que en el intervalo me bloqueó o algo así. Nuestra historia no terminó bien, y aunque eso no tuvo nada que ver con los tres años que mencioné, definitivamente influyó en lo que somos ahora.

De pronto colocó la dirección de su blog como nick, y yo la visité, como era de esperarse. Encontré artículos bastante predecibles sobre música y algunos temas de actualidad. Si pues, lo conozco lo suficiente para saber sobre qué podría escribir (y supongo que él también), y luego de una ligera revisión encontré un post que titulaba "te quiero", que tenía como imagen el escudo del equipo de fútbol del cual es hincha, con un texto que decía así:

"Si me preguntas a qué o quién le has dedicado más afecto, pasión y sentimiento (excluyendo a la familia que es tu sangre y por tanto juega con ventaja), la respuesta es una sola. Por eso es que, en momentos en que aún no conozco a la mujer que ocupe ese lugar, no tengo ambajes en señalar que es "el amor de mi vida"."

Ploooooooooooooooooooooooooooop!!!!!!!
¿Es posible que un hombre de 26 años escriba algo así?
En fin.

Es claro que a estas alturas de mi vida, no se generó una herida profunda, pero si una gran incógnita. ¿Si tu primera relación de verdad no es el amor de tu vida, entonces cuál es?.

Osea, yo podría ennoviarme y casarme ahora con un hombre espectacular, pero no estoy segura si sería el hombre de mi vida. A esta edad no es posible dedicar tanto tiempo y, sobre todo, tener la experiencia de crecer juntos, como para involucrarse a ese nivel con una persona.

Es probable que también sea una cuestión de ego. En mis palabras, Él es "el novio" y al parecer yo no entro en esa categoría para él. Aunque tampoco es tiempo para preguntar ¿no?.

De todas formas, aquel hallazgo vespertino hizo algo productivo el día de hoy. Fue motivo para volver a compartir algunas líneas en la red y retomar este espacio que tenía mucho tiempo abandonado.

Gracias amor.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hMmm... chanfle1

El Doc dijo...

Discrepo con eso de que el primer amor es el amor de tu vida. De hecho que te marca, sí, a fuego y todo, pero existe la posibilidad de que alguien le gane.

Al menos, a mí me pasó.

Sobre este primer amor, hablaré pronto en uno de mis blogs. Sobre el otro... creo que es mejor aún no hablar.

~ El Doc

Anónimo dijo...

Es gracioso que comenté un post con más de un año de antigüedad.

El equipo de fútbol, como otras comunidades, es algo más fuerte en un hombre de lo que se cree. Todos los hombres, por más enamoradizos que seamos, caemos así por nuestro equipo por una sencilla razón que ya leerás.

Por cierto, es el único amor de un hombre que si puedes compartir cómodamente.

PD: Concuerdo con El Doc, no es cosa de llegar primero, sino de saber llegar.