domingo, setiembre 23, 2007

Mensaje para una rana

La ociosidad y la mala salud hicieron que la reina jugara con los sonidos de su celular. Ese celular que compré después de que me robaron en un café ventilado, cuando tu versión príncipe me llevó a buscar soluciones en la sede del orden. En cambio yo, me encontraba dispuesta a aplicar uno de mis primeras acciones para espantarte, pero te mantuviste firme.

Ese amanecer nos llevó a uno de nuestros lugares, al que no pude volver sino hasta mi primer día de silencio, y quizá sea la causa de que haya durado varios días más. Silencio que sin pensar me acercó un poco de nuevo. Por cierto, si fui feliz bajo esa luz verde, que quizá utilizaste para camuflar el tono de tu piel.

De pronto escuché ese sonido de palo de agua que me llevó la memoria a los amaneceres de un verano. Un verano maravilloso de playas, helados y apariciones inesperadas. Que empezó en el sur, de regreso con un salmón y no tengo muy claro donde terminó, tal vez en ese lugar del que nunca reconocí propiedad porque no era digno de nuestro reino.

Ese verano dónde empezó la historia de una zanahoria ajena, que pudo estar acompañada de una propia. Fue interesante decir por fin el motivo de mi principal preocupación. Tal vez nunca me sentí, o me hiciste sentir, parte del mismo cuento y ese fue el problema de todo.

Hoy nos veo con nuestros propios libros y no se que pensar, ni mucho menos que sentir. Solo me quedo con la atónita mirada llena de hubiera(mos) y me gustaría haber conseguido un boleto para ese lugar fundado en 1784 y haber probado si te conviertías nuevamente con otro beso.

Es cierto, las ranas tienen derecho a tener memorias, pero no sé si tanto como las reinas de las alturas.

3 comentarios:

Imberbe_Muchacho dijo...

bueno, la rana entendera el mensaje mejor que yo...espero

Angélica Camacho dijo...

Las ranas también tienen derecho, claro que si, incluso de soñar que están en las alturas. El problema es cuando se camuflan y se presentan como esos seres que jamás serán, te hacen añicos el corazón y encima se quieren pasar por víctimas discriminadas por nosotras, las princesas de nuestro propio reino.

Catársis dijo...

hola imberbe: de hecho entenderá, cuando se entere.

Y si, angélica tienes mucho razón.

Lamento si alguno de los lectores percibe algún síntoma de inconsistencia, pero es de seres humanos.