domingo, noviembre 25, 2007

Alistando maletas

Luego de algunos pendientes personales y laborales me encuentro planeando cómo recibiré el nuevo año. De hecho este me trató raro, me dio algunas cosas, luego me las quitó y en compensación me reforzó con muchas otras más.

Recuerdo que el año pasado estaba muy nerviosa por la dichosa celebración. Era una situación nueva en todo sentido. Gente completamente nueva, algunos agradables otros no tanto. Un ambiente al que le huí toda mi vida, pero en el que por puro afán decidí participar. Quería hacer bien las cosas y sabía que había que hacer una serie de “sacrificios” y/o “esfuerzos”.

Me dio mucha pena (hasta cólera) ver que alguien que me importaba mucho tampoco parecía muy integrado siendo aquel “su ambiente”, hasta me pareció que no era tan bien tratado. Y me pareció verlo meses después en otra oportunidad en una situación grupal similar. Quien sabe, tal vez pudo ser por mí, que no disimulé demasiado la postura de “eres mi objeto de estudio”.

No niego que me divertí, principalmente por la compañía que me motivó a tener aquella experiencia socio-antropológica; pero tal vez podríamos haberlo pasado mejor en otras circunstancias, tal vez no. En fin… podría equivocarme y a estas alturas no me corresponde opinar.

Sin embargo, mi superstición me lleva a crear un escenario propicio para que el nuevo año me vaya mejor. Entonces me voy a buscar el otro lado de la moneda en muchos aspectos, para empezar: me voy de viaje. Y a diferencia de otras épocas me vi envuelta en planes, reservas, negociaciones y acuerdos (porque encima me voy acompañada, jeje).

Cuando se lo comenté a mi hermano, su reacción inicial fue un estallido de risa: “oh no, te cogió el síndrome”. Según él, la mayoría de mujeres jóvenes de clase media (alta y baja) entre 25 y 30 años que trabajan, no tienen novio y no tienen hijos, se dedican a viajar. Según él, sería un catalizador afectivo cuando el “ir de compras” ya no es suficiente. Es decir, tienes amor y dinero para dar, entonces te lo das a tí misma en una ocasión especial. Le sugerí que publicara un blog para que le cayera encima toda la comunidad bloggera femenina nacional e internacional, jajaja.

Como ejemplos tomó a mi prima (29) que arrancó su racha de viajes hace un par de años, así recorrió sola buenos aires, santiago y sao paulo, y cada vez que puede se da un salto a alguna provincia; y a una de mis amigas (28) que de pronto anduvo en nueva york, miami y rio de janeiro con sus amigas de colegio y cada temporada de vacaciones toma su bus o su avión a algún destino nacional. Bueno, algún tipo de sustento se podría encontrar.

En lo personal, la idea de salir del país no me llamaba la atención. Los destinos extranjeros no están entre mis prioridades, incluso ahora que supuestamente empecé a vivir mi síndrome, jaja. Por cuestiones de chamba anduve en Arequipa, Puno, Cusco, Piura, Iquitos y Chiclayo, y allí se me metió el bichito de completar algunos puntos estratégicos en nuestro mapa nacional.

Mi terapeuta dice, sobre mi caso particular, que sería una forma de compensarme por la “pérdida”. Hace meses que no cambia de palabra, parece que hablara de un finadito. Claro, allí no solo habla de los viajes, sino también de los cursos, el trabajo, el deporte y de la serie de variadas actividades en las que me he metido (en algunas con más éxito que en otras, jeje).

Últimamente sus frases incluyeron también al “reemplazo” y la “pena”, ahora que me contaron mi ex – novio tiene nueva novia (Lima es un monótono pañuelo). Si si la bruja. Por primera vez en la vida haber tenido razón no me resulta para nada satisfactorio. Me superaron jodido.

Como le decía a una amiga, ese partido yo ya lo había perdido, pero la obvia premonición solo ratifica la validez de todas y cada una de mis acciones para con él; y sobretodo de mi error ¿en qué estaba pensando cuando confiaba en ese muchacho? Definitivamente no estaba pensando, más bien estaba sintiendo. Bueh! Soy un ser humano y tengo todo el derecho de sentir lo que me toque ¿no?

Como sea, mi destino, nacional obviamente, no será revelado por el momento; pero me ha tenido bastante ocupada los últimos días. Ando pensando y planeando demasiadas locuras, muy divertidas todas, que espero también me ayuden a viajar por fin a ese universo mental donde él, su recuerdo y la decepción que significó su paso por mi vida, no existen.

viernes, noviembre 16, 2007

Para combatir la flojera del fin de semana

Por alguna extraña razón (el gran jefe está de viaje) hoy tenemos acceso a los blog, así que aprovecharé para compartir algunas líneas. Sobretodo porque no tengo el más mínimo ánimo para corregir el próximo informe. Espero no herir ninguna susceptibilidad

Historia de derrieres 1
Luego de bajar un par de kilos, Catársis está subiendo las escaleras delante de una amiga que le dice:
"¡Qué mostro te queda tu jean! ¿es nuevo?"

Catársis responde con desenfado:
"No querida, el poto es nuevo"


Historia de derrieres 2
Catársis y la misma amiga están llegando a la oficina y se cruzan con un operario de la companía.
Al llegar a la puerta, una secretaria le dice a Catársis:
"¡Que faltoso ese tipo!"
Catarsis pregunta por qué y le responden: "!No has visto cómo volteó para mirarte el culo!"
Catarsis la mira extrañada y pregunta "¿Cuál?"

Buen fin de semana...

sábado, noviembre 10, 2007

No te cases amor, no te vayas de aquí


Esta semana ha sido de lo más extraña, podríamos bautizarla como la semana de los ex-s.

Empecé celebrando mis 10 años de no novia con el amor de mi vida que ahora es mi pata del alma. Tan notable fecha merecía la excepción al propósito de nuestra amistad a distancia. Fue divertidísimo. Sobretodo cuando en medio de la conversación aparecían todas las figuras sobre las que había escrito el día anterior y no publiqué sino hasta la noche.

Lamentablemente, la felicidad se vio empañada por la novia de mi pata que no tuvo mejor idea que enviarme un mensaje de texto culpándome de una pelea que había tenido con él (que no tenía nada que ver con nuestra salida excepcional). Osea Juat?

Mi paciencia llegó a su límite. Y la siempre comprensiva Catársis la puso en su sitio. Claro que el propósito de la distancia sigue en pie. Una cosa no tiene nada que ver con la otra.

Esa misma noche, mi teléfono, otra vez mi teléfono, sonó a la 1am. Era la rana. No dijo nada. Para ser precisa, colgó antes que yo pudiera contestar.
  • Vi la llamada perdida y le envié un mensaje: “Pasa algo? Me despertaste”
  • A lo que respondió “No nada. Sorry, al colgar una llamada marqué por error tu número”
    El pobre me encontró en mi racha de “repartiendo ubicaína” además de “insomnio intenso”, lo que me produjo tamaña cólera al haberme despertado que respondí
  • “Ok. Bye. En adelante ten más cuidado. No puedo volver a dormir.”

Francamente, hubiera sido conveniente que aunque sea dijera “me duele la barriga” para sentir que estas tres horas de sueño perdido hubieran valido la pena. Tal vez debí sugerirle que usara mi método para evitar ese tipo de accidentes: borrar su número de mis contactos de cell. En fin.


Pero lo que coronó mi semana y me produjo una serie de reflexiones (cuando pude recuperarme de la impresión) fue la noticia del chico que me regaló el mejor 14 de febrero de mi vida.


Catarsis creo su perfil en otra de estas páginas sociales e importó sus contactos de gmail y hotmail. El correo del jovencito en cuestión estaba en la lista. Lo invité y me aceptó. Entré a ver su perfil y en status decía ENGAGED!!!!!!


¿Matrimonio? ¿El?
Repito ¿Matrimonio? ¿El?
Casi me desmayo.


Son dos palabras que no hubiera asociado a su comportamiento. Por un lado me sorprendía que el menos comprometido de mis novios, se haya comprometido. No sé si en algún sentido me afectó que no lo hubiera asumido conmigo. Aunque la idea de matrimonio no solía rondar mi cabeza entonces, la de convivencia si; pero igual ninguna de ellas las hubiera llevado a cabo con él; a pesar de que ha sido el novio que más embobada me tenía. El no lo sabía, de hecho ahora no me lo cree, pero si en aquella época me pedía adecuadamente cualquier cosa, podía convertirme en su títere.


Es más, mi cerebro podía aceptar que tuviera novia, hace un par de años ya. Incluso en algún momento lo asesoré cuando quiso regalarle flores. (Catársis adora las flores, y le parece lo máximo que los novios le regalen flores a las novias y viceversa). Podía aceptar que conviviera con ella, pero ¿matrimonio?


Es gracioso, pero una parte de mi no quería que se case. En el colmo de mi shock le hice una escena virtual de celos (devolviéndole las que me hizo alguna vez cuando se enteró que estaba con novio). Empecé con mensajes al cell, al correo y luego en chat. El solo atinó a mandarme besos. Como lo odié!!! (supongo le enternecía que por primera vez en la vida, manifestara algún tipo de vulnerabilidad frente a sus acciones).


Claro que el berrinche de “no te cases”, estaba completamente disociado de un “cásate conmigo”; por lo que desistí pronto. Cómo lo iba a desembarcar de un proyecto si no tenía nada que ofrecer? Además, yo no soy de escenas de celos. De hecho, esta es la segunda de mi vida.


En el fondo, creo que todo el acto fue una manifestación egoísta de perder a uno de los íconos de mi soltería, y de mi vida romántica por supuesto. Al sentir que ya se estaba yendo de mi universo me creí con derecho de reclamar, porque su recuerdo es mío (la más posesiva, jajaja).


Igual, el berrinche terminó con risas de ambos lados. Ahora estoy buscando vestido y… acompañante. No creo que pueda pasar tan bochornoso episodio sin compañía de confianza.
Ploooooooop!

lunes, noviembre 05, 2007

Soundtrack de una historia (un comercial)

Antes que nada, pido permiso al señor Calamaro para que me deje atravesar el tiempo.
Ahi vamos!

Cuando te conocí andábamos sin documentos. Tú usabas esos lentes redondos y yo aún salía con el último que me había abandonado. Recuerdo que te gustaban mis cuadernos de Estudios Generales.


Un día, hace diez años, te levantaste temprano, como nunca en la universidad, te miraste al espejo y dijiste: hoy es el día. Era un miércoles (mi día favorito) y caía 5, tu número favorito, tu número de la suerte. Yo creí que estabas Loco,cuando me hiciste elegir entre El marinero y el capitán. Y aunque pensaste que estabas en un barco donde manda marinero. Elegí quedarme contigo: El primer comandante de mi parte de adelante.

Así empezó una historia para no olvidar. Conocí el amor, ese amor adolescente que, como ya es evidente, marcó muchas cosas en mi vida. Contigo aprendí que existían nuevas y mejores emociones, a conocer un mundo nuevo de ilusiones, conocí la convivencia, los momentos felices, las peleas, las reconciliaciones, la paciencia; y aunque te dije que por ti no iba a cambiar, que iba a seguir siendo igual, dos años después ya tomabas todas las decisiones.

Palabras más, palabras menos esos tres años y medio juntos me dejaron muchos detalles: un gráfico de vidas paralelas, decenas de tarjetas de cumple-semanas (la 5, la 25, la 55), un besopopótamo, mi primera investigación de mercados de un servicio que nos sería luego de mucha utilidad ;), mis primeros “te amo”, la caminata de una avenida completa y un contrato implícito. Muchos sueños que construimos y que ahora forman parte de uno de los recuerdos que más atesoro en la tierra.

Pero no todo fue un lecho de rosas. Recuerdo que me convertía en una Penélope de domingos, feriados y fiestas de guardar. Y tuve que compartirte con Maradona, el River, el Racing; pero a cambio aprendí, como en mis mejores épocas escolares, todas las camisetas que aparecían en aquel Francia 98. Ahora tengo más claro que el amor de tu vida es la estrella celeste y en virtud de la ocasión hoy mi corazón se pondrá la camiseta.

Tú también pusiste mucho de tu parte. Aún recuerdo aquella película cursilona de un tipo gritando desde el extremo de un barco “quién es el más huevón” que vimos en aquel cine de una sola sala que ahora tiene más de cuatro pisos y aún no consigue la mirada del angel, que casi vigiló toda nuestra historia. Además, aceptaste entrar en una familia acostumbrada a la comida china con la que al principio tenías recelo y que luego te adoptó como su hijo predilecto.

En algún momento protagonizamos tal vez una dulce condena, entonces me convertí en tu enfermedad. Luego, cuando te fuiste quedé flaca y empecé una serie de crímenes perfectos. Además te debo una disculpa, por diez canciones que, tonta yo, no entendí en su momento. Y por todo lo demás también.

No eres, ni serás el novio del olvido por más que esta alta suciedad crea que no podemos ser amigos de verdad.

En resumen, estoy tratando de decirte que aunque nos seguimos debiendo todavía una canción de amor (y que no se ofendan los bee gees), a falta de una las tenemos todas.

Te quiero igual, pero diferente.

Tu nena linda :)

P.D.: El post de hoy pretendió ser un comercial pero en realidad cuenta con todo el material para ser un documental. Hoy todas mis “historias” le ceden el paso a la más importante de mi primer cuarto de siglo.